Inicia como un convento en Tiripitio
los frailes agustinos iniciaron a evangelizar el pueblo.
Los padres San Román y
Chávez comenzaron su labor evangelizadora trazando, construyendo y planeando el
pueblo y la construcción de un convento que les sirviera de centro doctrinal.
Su primera edificación fue una choza de adobe a manera de iglesia, tras la construcción de esta obra, se dieron
a la tarea de enseñar la doctrina a la vez que ellos aprendían el idioma de los
naturales.
En el mes de noviembre de
1540 se realizó el capítulo provincial de los agustinos en la ciudad de México,
y dentro de las resoluciones tomadas allí, se decidió crear un centro de
estudios mayores de Artes y Teología.
Por esos años, Tiripetío tenía fama dentro de
la orden por ser un modelo a seguir en lo que se refería a la fundación de un
pueblo y la evangelización de los naturales, sin contar con lo rápido que había
sido la edificación completa del convento.
Como el pueblo y la
comunidad de Tiripetío resultaba un magnífico ejemplo de la labor que deberían
desarrollar los frailes, se eligió como sede del primer centro de estudios
agustinos en el Nuevo Mundo.
Los estudios que se impartieron en Tiripetío a
partir de 1540-1541 poseían las características de la enseñanza que se impartía
en las universidades españolas.
La enseñanza de las Artes se
basaba en enseñar y explicar las siete disciplinas libres del Trivium
(Gramática, Lógica o Dialéctica y Retórica) y el Cuadrivium (Geometría,
Aritmética, Astronomía y Música).
Como sabemos los frailes recibían una
educación que comprendía el estudio de la naturaleza y del ser humano. Además,
se estudiaban las obras de San Agustín, Santo Tomás de Aquino y San Alberto
Magno, entre otros.
Durante el mismo capítulo en
que se eligió a Tiripetío como colegio de estudios mayores, se realizó la
elección del maestro que sería el Lector de Artes y Teología, siendo designado
por sus altas cualidades el Maestro fray Alonso de la Vera Cruz.
El colegio de Tiripetío
obtuvo su fama en buena parte por la presencia de fray Alonso de la Vera Cruz,
considerado el hombre más sabio de la Nueva España. Los estudios continuaron en
este pueblo a lo largo del siglo XVI, pero con el paso del tiempo fueron
trasladados a otros conventos como el de Valladolid o Yuriria.
La labor de los frailes
agustinos no se limitaba al aspecto meramente espiritual, pues apoyados por el
encomendero, también se preocuparon por llevar a los indios de Tiripetío el
conocimiento de técnicas artesanales para que trabajaran todos los materiales a
la manera española e indígena.
De esta manera, los indios
de Tiripetío aprendieron oficios como cerrajeros, sastres, pintores, tallistas
y canteros, entre otros.
El dominio de estos oficios, sumados a los
tradicionales del pueblo purépecha, le permitieron a Tiripetío situarse como
uno de los principales centros artesanales de Michoacán. Este colegio duro
aproximadamente 265 años.
HECHO: ARACELI